Alba Ayala García, Antonio Abellán García, Julio Pérez Díaz. Departamento de Población, CSIC. Rogelio Pujol Rodríguez, INE.
El cuidado de personas dependientes en España sigue siendo un papel desempeñado por la mujer, fundamentalmente como cuidadora informal, es decir, sin retribución, por razones de parentesco, vecindad o amistad. El cuidado formal, pagado por la familia o por los servicios sociales, no alcanza el 15% de todo el cuidado, y es también una ocupación femenina.
Presentamos el patrón del cuidado informal medido por volumen de horas dedicadas al mismo, a fecha de 2014 (CIS: Estudio sobre cuidado, 3.009) (Figura 1). Los porcentajes dentro de los círculos indican la distribución de todo el volumen de cuidado: a) en los círculos de la izquierda, el entregado por los cuidadores, y b) en los de la derecha, el recibido por los dependientes. Las flechas indican la cantidad de cuidado aportado por cada uno de los cuatro tipos de cuidador (sexo y edad), hacia cada uno de los cuatro tipos de dependiente; no se representan todos los flujos/flechas para facilitar la lectura.
Las mujeres aportan 2/3 de todo el volumen de cuidado de cualquier naturaleza prestado a dependientes de cualquier edad. La mujer prototipo suele tener menos de 65 años, principalmente es de edad intermedia entre 45-65 años; muchas veces vive en el mismo hogar de la persona dependiente y suele ser su hija. El patrón principal es el de mujer <65 cuida a mujer de 65+; y también cuida a hombre dependiente, persona de edad en buena medida.
Las condiciones del cuidado en general son muy variables en intensidad, dedicación y responsabilidad. Puede ser diario, ocasional, permanente, duradero en el tiempo o circunstancial. Abarca tareas básicas para mantener la autonomía personal (lavarse, vestirse, levantarse, etc.) y tareas instrumentales, necesarias para el mantenimiento del hogar (compras, tareas domésticas, comidas, etc.). La mujer suele realizar las tareas más pesadas, o de mayor implicación física y emocional.
Este patrón de cuidado permanece bastante estable en el tiempo, aunque ya se observan cambios que merecen estudios de detalle. En el patrón procedente de la Encuesta de Discapacidad de 2008 (INE) comprobamos bastantes similitudes, aunque con cierta precaución por tratarse de fuentes y metodologías diferentes (Figura 2).
Se observa que en los pocos años transcurridos ha empezado a aumentar el tiempo que los hombres dedican a cuidar, especialmente entre los hombres de edad, aunque queda por estudiar qué tipo de tareas, básicas o instrumentales, son las que hacen aumentar esas cifras de cuidado masculino. Una mayor supervivencia masculina y, por tanto, el mantenimiento de hogares de pareja durante más tiempo en la vejez, puede estar detrás de esta tendencia al aumento del cuidado por parte de hombres.
Este hallazgo y otros se explican en el reciente capítulo: Antonio Abellán, Julio Pérez, Alba Ayala. Departamento de Población, CSIC. Rogelio Pujol. INE. Gerdt Sundström. Institute of Gerontology, Jönköping University: “Dependencia y cuidados” , en el Informe España 2017 (Cátedra J.M. Martín Patino, U. de Comillas).
Material suplementario: xls con las figuras del artículo.