La ciencia del buen envejecer

Mar 22, 2023

El aumento de la esperanza de vida ha sido uno de los mayores logros del último siglo, que a su vez plantea un nuevo reto: conseguir conservar una buena salud durante el envejecimiento y los últimos años de nuestras vidas. Nuestra salud al envejecer depende tanto de nuestros genes como de los estímulos ambientales a los que nos hemos expuesto a lo largo de nuestras vidas. Un reto de la investigación es descubrir los mecanismos biológicos que producen los síntomas y las enfermedades del envejecimiento. La importante relación bidireccional que tiene el cerebro con la salud y la armonía de todo nuestro organismo, hace que el estudio de este órgano cobre especial relevancia.

Carlos Dotti, prestigioso neurocientífico del Consejo Superior de Investigaciones Científicas (CSIC), y Pablo Gonz han publicado el libro La ciencia del buen envejecer que explica lo que la ciencia sabe a día de hoy acerca del envejecimiento cerebral. Dotti, profesor investigador en el Centro de Biología Molecular Severo Ochoa, nos explica:

El envejecimiento se define como el agotamiento de los mecanismos fisiológicos que nos permiten funcionar en plenitud. Cada vez que se produce función es necesario ir reparando pequeños defectos que van ocurriendo a medida que van funcionando. Los procesos van teniendo un gasto que genera daño, pero existen mecanismos que reparan esos pequeños daños. Para funcionar hay que fabricar. Aunque el envejecimiento es un proceso inevitable e irreversible, el envejecimiento personal de cada individuo depende de cuán efectivo sean sus mecanismos de reparación.


La ciencia del buen envejecer
consta de tres partes bien diferenciadas. En la primera parte del libro se describe cómo la edad va afectando algunas de nuestras capacidades cognitivas (aprender, recordar, asociar, describir, interactuar) y cuáles son las bases anatómicas y celulares que las producen. Muchísimas personas al empezar a hacernos mayores nos empezamos a preocupar acerca de ciertos déficits cognitivos que vamos teniendo, pero lo que se ve es que en realidad no sufrimos tantos trastornos cognitivos a medida que envejecemos, sufrimos unos pocos. Esta sección es importante para que la gente sepa qué es normal y qué podría llegar a ser preocupante.

 
La segunda parte del libro pone el énfasis en la importancia de los diferentes órganos y sistemas de nuestro cuerpo (el sistema cardio-vascular, el músculo esquelético, la glándula tiroides, la suprarrenal, el sentido de la audición, la olfacción) en la función del cerebro y cómo defectos en cualquiera de ellos afectará no solo nuestras capacidades para aprender y recordar sino también para interactuar con nuestros semejantes. Esta sección explica a qué se deberían —en términos gruesos anatómicos— esos pequeños trastornos cognitivos que tenemos y cuáles son los cambios que están ocurriendo en el resto de nuestro organismo que podrían estar influenciando que estos cambios gruesos sean mayores o menos, por ejemplo, la obesidad, el sueño o el estrés, entre otros. Expone cómo estos cambios contribuyen a que se vayan perdiendo unas pocas habilidades cognitivas y cómo el envejecimiento del cerebro condiciona que vayan ocurriendo los cambios periféricos.

 
En la tercera parte se describen las principales patologías del sistema nervioso y qué está ocurriendo en las células del sistema nervioso durante el envejecimiento (dolor neuropático, ictus, enfermedad de Parkinson, enfermedad de Alzheimer, otras demencias): sus causas, cómo diagnosticarlas y cuáles son las alternativas que hoy se están considerando en su prevención y tratamiento.

La ciencia del buen envejecer, publicado en octubre de 2022, expone las estrategias que podemos seguir para proteger nuestras capacidades intelectuales durante más tiempo y así prevenir o retrasar la pérdida de los mecanismos de reparación. No se trata de un supuesto milagro antienvejecimiento, sino de cómo mantener la necesaria armonía en nuestros cuerpos.

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