Primero, las personas. Cuidar como nos gustaría ser cuidados

Jun 10, 2016

El pasado 1 de junio Obra Social ”la Caixa” presentó la carta «Primero, las personas: cuidar como nos gustaría ser cuidados»
Este documento es fruto de los encuentros denominados «Primero, las personas: cuidar como nos gustaría ser cuidados», un foro de reflexión que desde enero del pasado año ha tenido lugar en distintas ciudades españolas donde se ha debatido sobre las necesidades del colectivo de las personas mayores y el mejor modelo de atención y de cuidados.
A lo largo de este proceso se ha recogido la opinión de ciudadanos, profesionales y expertos, desde diferentes ámbitos de actuación, en relación con la necesidad de cuidar y ser cuidados, especialmente teniendo en cuenta el contexto social actual y el futuro.
El fruto de este proceso de reflexión colectiva es esta Carta de principios básicos para garantizar el cuidado de las personas mayores, especialmente del grupo de población que se encuentra en situaciones de mayor vulnerabilidad.

Estuvo en la presentación, que incluyó diversas ponencias y debates, QMayor Magazine, que ha publicado un completo resumen de la jornada y por tanto de la Carta presentada, y que reproducimos a continuación.
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QMayor Magazine
En el auditorio del Caixa Forum de Madrid se expusieron reflexiones tan interesantes que os las vamos a trasladar con una proximidad que procuraremos casi literal y con la misma sensibilidad que allí sentimos.
La mañana comenzó con la ponencia del gran profesor Francesc Torraba, una autoridad reconocida por todos y uno de nuestros pensadores de cabecera.
Arrancaba la jornada y en estos términos se exponía la relevancia del tema al que nos citaban.

“Subsistir no es gratis, para nadie y nuestra sociedad tiende a ocultar todo lo que hable de discapacidad, fracaso, dependencia y vulnerabilidad”

Para eso, entidades como ‘La Caixa’ organizan encuentros profesionales donde refrescamos conocimientos, derribamos mitos que aún por repetidos, falsos; e intercambiamos experiencias y buenas prácticas. Con ese objetivo fuimos y salimos con muchos pensamientos como estos:

Los cuidados a los vulnerables (tarde o temprano todos) son esenciales y debe ser un tema de estado y medular en las sociedades con futuro. No en vano, la Historia con mayúsculas es la que nace de los cuidados, transmitidos intergeneracionalmente desde el respeto mutuo y la ética. Precisamente, hablando de ética, descubrimos que no sólo los cuidados a lo largo de la historia los habían ejercido las mujeres sino que la literatura ética de los cuidados había sido mayoritariamente escrita por ellas y no exclusivamente para ellas.

Muchas veces desde la buena intención cometemos el error de cuidar sin preguntar, pero esto es un error. ¿Cómo nos gustaría ser cuidados? Parece sencillo pero no siempre empatizamos con la situación del otro. Francesc Torralba nos proponía lo siguiente:

«Cuanto mejor conoces a las personas que cuidas, mejor les atendemos.»

«Hay muchas formas de cuidar, anulando al otro. Discriminándole por débil.»

«Sólo desde ese respeto, desde una relación entre iguales como objetos de derecho, a pesar de la dependencia, podemos construir una comunidad más humana. No como en las ciudades sin corazón, donde no nos enteramos de la muerte de los vecinos ancianos.»

«Incorporemos la pedagogia de los cuidados a la escuela»

Se decía desde el estrado. Nosotros desde QMayor os ayudaremos a trasladar al conjunto de la sociedad la necesidad de avanzar en valores de dignidad, libertad y justicia con los que nos cuidaron y ahora la vida les pone en el rol de ser cuidados.

“Los invisibles, cuidadores y personas cuidadas merecen todo nuestro reconocimiento” se encargaba de destacar Mayte Sancho, directora científica de Fundación Matía. Nosotros añadimos, este post, ¡Va por ellos!.

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Las conclusiones del estudio

(Basadas en la presentación de Elena del Barrio y Mayte Sancho, Fundación Matia Instituto Gerontológico que han participado activamente en la elaboración del documento)
Este estudio cuantitativo tiene como objetivo recoger percepciones, deseos, preferencias, temores ante una potencial necesidad de dar o recibir cuidados. Se realizó a través cuestionario on-line que ha recogido las opiniones de 4.785 personas, divididas en dos grupos diferenciados:

  • Población general y Profesionales: 3.696
  • Población general (ciudadanía) 1.088
  • Profesionales o Perfil de la muestra: 57.7% son mujeres y el 40.0% son hombres. La edad media de la muestra son los 60,5 años.

Las definiciones de cuidado más acordes con la opinión de la muestra son las que abogan por el fomento de la autonomía y la independencia de la persona cuidadora. Los conceptos de cuidado que obtienen unas mayores puntuaciones son: “Cuidar es ayudar a otra persona en el momento y lugar que lo necesite” y “Cuidar es ayudar a otra persona para que sea autónoma, e independiente”.
Según las opiniones de la muestra, la responsabilidad del cuidado debe recaer principalmente en el individuo, las familias y los servicios públicos y privados. Y de manera menos intensa en la sociedad civil (personas voluntarias, amigos/as y vecinos/as). Los resultados, por tanto, muestran una realidad compleja en la que los agentes responsables de los cuidados se entrelazan en forma de tejido o red de atención, donde las competencias y funciones son compartidas a través de la corresponsabilidad.
En las preferencias sobre el cuidado recibido o por recibir, destaca el papel protagonista de la familia como principal agente deseado en la prestación de los diferentes tipos de cuidado.
Aunque también tiene mucha presencia el cuidado formal a través de servicios en el cuidado personal y las tareas domésticas. Para las personas de menos edad, el grupo de vecinos/as y amigos/as tiene una mayor relevancia en la expectativa de cuidado recibido en el futuro, sobre todo en el ámbito del apoyo afectivo y en la ayuda para trámites y gestiones.
Entre las preferencias sobre el lugar en el que le gustaría vivir en el caso de necesitar ayuda destaca el propio hogar en el que reside actualmente y las residencias de personas mayores.
Compartir la vivienda con personas de su círculo de amigos y amigas, aunque sigue siendo una opción aparentemente residual en la encuesta, parece vislumbrarse como una posibilidad positivamente valorada por las nuevas generaciones.
Cifras osbre el cuidado
En la actualidad, 1 de cada 4 personas de la muestra cuidan de alguna otra de edad avanzada. Este cuidado se concentra en las cohortes intermedias de entre los 35 y los 64 años. La mayoría de personas que presta cuidados a algún familiar le apoya emocionalmente y le ayuda en la realización de trámites y gestiones. El apoyo en las tareas domésticas se realiza en menor grado, por 3 de cada 4 personas cuidadoras, y proporcionan cuidados personales un 69.0%. Por tanto, la gran mayoría de personas que cuidan a algún familiar lo hace en casi todos los tipos de tareas del cuidado.
El cuidado a personas del círculo cercano extrafamiliar es menos intenso, pero también muy importante. Cuando la persona que recibe los cuidados es un familiar, en casi la mitad de los casos se trata del padre o de la madre de la persona entrevistada.
Problemas y beneficios de ser cuidador
A este grupo de personas de la muestra, que se dedican al cuidado en la actualidad, se les preguntó sobre los problemas y beneficios que les suponen realizar estas tareas. En balance, el cuidado genera más beneficios que problemas. Los mayores beneficios se encuentran en el aspecto emocional, y los problemas en el ámbito del tiempo libre. Para la mayoría de las personas cuidadoras el cuidado les aporta sentimientos positivos, y, en el lado contrario, para la mitad de estas personas supone un sacrificio en el tiempo de ocio.
Expectativas de cuidados
En el caso de personas que no cuidan de alguna persona mayor en la actualidad, el 69%, se les preguntó sobre sus expectativas de prestación de cuidados en el futuro. Estas personas, estiman que cuidarán a miembros de la familia en un 8.1 de media, y a un 4.4 en el caso de amigos/as y/o vecinos/as. La estimación del cuidado futuro es coherente con la intensidad de cuidado percibido actual. En las generaciones más jóvenes, el cuidado desde la comunidad se plantea como una de las soluciones de cuidado informal tras el declive que parece preverse del apoyo familiar. La atención comunitaria a través del cuidado mutuo entre amigos/as y vecinos/as se ha comenzado a desarrollar en la época de crisis actual donde han sido necesarias desplegarse redes de reciprocidad y proximidad para solventar carencias del sistema.
Las diferencias entre la prestación de cuidados actual y las expectativas cuidado futuro parecen indicar un descenso en el cuidado en el entorno familiar y un aumento en el ámbito comunitario.
El buen cuidado del futuro
En relación con las percepciones sobre el buen cuidado, destaca la necesidad de disponer de tiempo y de apoyos y servicios profesionales para cuidar bien. Y respecto a lo que es más importante en el cuidado, se señalan las afirmaciones que ponen en relieve el conocimiento y la comunicación entre los diferentes agentes en una relación de cuidados. Saber qué es lo que las personas necesitan y comunicar esas necesidades de manera adecuada son aspectos clave para dispensar de forma adecuada los cuidados y fomentar una buena relación entre las personas involucradas.

  • Más información en QMayor sobre el debate llevado a cabo durante la presentación del estudio, moderado por Iñaki Gabilondo, periodista, con la participación de María Ángeles Durán, Premio Nacional de Investigación en Ciencias Sociales, Koldo Aulestia, presidente de la Federación Euskadi de Alzheimer,  Javier Barbero, concejal de Seguridad, Salud y Emergencias del Ayuntamiento de Madrid.

 
 
 
 
 

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