Dra. Verónica Montes de Oca Zavala. Profesora e Investigadora Titular. Instituto de Investigaciones Sociales, Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM). Coordinadora del Seminario Universitario Interdisciplinario sobre Envejecimiento y Vejez (SUIEV). Programa ENCAGE.
El Tercer Congreso Internacional Interdisciplinario sobre Vejez y Envejecimiento se llevó a cabo en la ciudad de Oaxaca de Juárez, Oaxaca, México, los días del 25 al 28 de junio de 2019, con la asistencia de más de 500 personas. Diferentes entidades patrocinaron, coordinaron y apoyaron financieramente este congreso: la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM), a través del Seminario Universitario Interdisciplinario sobre Envejecimiento y Vejez (SUIEV), la Secretaría de Cultura del gobierno del Estado de Oaxaca, la Comisión Nacional de los Derechos Humanos (CNDH), la Universidad Autónoma Benito Juárez de Oaxaca (UABJO), la Defensoría de los Derechos Humanos del Pueblo de Oaxaca, entre otras.
Las temáticas abordadas fueron: La vejez en la Agenda 2030, los aportes sustantivos de la Convención Interamericana sobre la Protección de los Derechos Humanos de las Personas Mayores, el derecho a la educación en la vejez, envejecer en la diversidad, pueblos indígenas y personas mayores, psicogerontología comunitaria, multiculturalidad, ciudadanía y derechos de los pueblos indígenas, género, erotismo y vejez, aprendizaje, educación e identidad, entornos fisico y social, entre otros.
Se presentaron 260 trabajos científicos, y se impartieron 12 conferencias magistrales con personalidades de Uruguay, Argentina, España, Colombia, Chile y México. En ocho mesas redondas se debatió sobre los derechos humanos, la interculturalidad y el género, tres temas de fundamental relevancia en la discusión internacional pero particularmente en la región de América Latina y el Caribe. Las conferencias y las mesas redondas fueron grabadas y estarán disponibles en este vínculo.
Como ya es tradición en esta serie de congresos, las sesiones simultáneas, orientadas por 19 ejes temáticos, fueron acompañadas por 18 mentorías, donde personas jóvenes y mayores compartieron con los investigadores de la región. Otro aspecto importante es que al congreso asistieron miembros de las organizaciones de la sociedad civil, funcionarios gubernamentales, estudiantes y público en general que en esta ocasión conocieron una de las más importantes ciudades “Patrimonio de la Humanidad” de México y las instalaciones de la emblemática sede central de la Universidad Autónoma Benito Juárez de Oaxaca, entre otros espacios. El congreso también propició el plano cultural y artístico con la presentación de Chogo Prudente y su grupo, para entender la música afromexicana, Silvia María con su elegante canto de música oaxaqueña y el vital ballet folclórico Ita Andehui, así como la tradicional Calenda y comida oaxaqueña.
La vejez tiene una diversidad de rostros; las mujeres y los hombres tienen una realidad distinta cuando viven esta etapa de la vida, pero lo es aún más difícil para las personas con orientaciones sexuales distintas a la heteronormatividad. Las vejeces también muestran rostros diferentes si se viven en comunidades indígenas en el norte o sur de la región latinoamericana. Por eso la importancia de fortalecer los derechos humanos y evitar la discriminación múltiple que se vive en el curso de vida y que se ve influenciada principalmente por la condición étnica y de género.
En este momento histórico, se tiene la oportunidad de mostrar que la democracia, la investigación humanista y científica, así como el trabajo de las organizaciones de la sociedad civil son claves para crecer con conciencia social y participación. Hoy se tiene la oportunidad de mostrar que toda la riqueza de un país no se mide por el capital monetario sino por el capital humano, social y cultural que nos permite alcanzar el bienestar en el envejecimiento. Por ello, el desafío es muy grande y el respaldo de nuestras instituciones debe fortalecerse a fin de lograr los objetivos soñados en esta época de transformaciones y cambios.
Por todo lo anterior, este congreso buscó fortalecer: 1) los derechos humanos para hombres y mujeres que envejecen, pero también para aquellos que en etapas tempranas de la vida buscan envejecer con dignidad; 2) la perspectiva de interculturalidad que si bien respete la identidad de cada pueblo, también logre mejorar las condiciones socio-históricas de las personas según su diversidad étnica y nos permita comprender las vejeces indígenas y afromexicanas; pero también es necesario; 3) fortalecer la perspectiva de género para lograr la igualdad de oportunidades en hombres, mujeres y comunidad LGBTTTI (lésbica, gay, bisexual, transexual, transgénero, travesti, intersexualidad).
Se habló de la lucha contra la desigualdad, la exclusión, la marginación, la discriminación, el racismo, el patriarcado, la homofobia y otros procesos que laceran la dignidad humana; fenómenos que no son sólo trabajo de los gobiernos sino de la sociedad civil, las universidades, las instituciones, los líderes, es decir, de todos y todas.
Se destacó que los gobiernos administran transitoriamente nuestros recursos pero nosotros somos dueños de la memoria, la cultura, las prácticas, de todo lo intangible que circula en la sociedad, de la producción de sentido y de estrategias justas que transformen las relaciones de dominación y de opresión.
Las relaciones de poder están integradas en nuestro relacionamiento como pueblos indígenas, afrodescendientes y mestizos, como hombres, mujeres y comunidad LGBTTTI, como generaciones que comparten con otras generaciones. Debemos ser conscientes de que estas relaciones de poder marcadas por el capitalismo, el neoliberalismo y el sistema económico global, se reproducen no sólo en el movimiento de capitales sino también en el movimiento de cuerpos en territorios materiales y simbólicos.
Un elemento planificado es identificar a múltiples actores que deben apropiarse de la Convención Interamericana sobre la Protección de los Derechos Humanos de las Personas Mayores como instrumento político, no sólo jurídico, que propicie la transformación de lo cotidiano, colectivo y sociocultural. La convención es un instrumento de lucha por el reconocimiento.
Creamos un neologismo de reconocimiento, VEJERIDAD, una alianza estratégico-política con perspectiva de derechos humanos para trasladar este discurso de transformación desde un plano simbólico a lo material, a lo cotidiano.
Entre las principales conclusiones del congreso destaca la importancia de proteger lo avanzado en materia de derechos humanos y envejecimiento; recuperar y fortalecer el papel que las organizaciones de la sociedad civil que trabajan con personas mayores han tenido para resistir al modelo capitalista neoliberal.