Mathias Voigt, Antonio Abellán, Julio Pérez, Diego Ramiro. Departamento de Población, CSIC.
Artículo (libre acceso):
Voigt M, Abellán A, Pérez J, Ramiro D (2020) The effects of socioeconomic conditions on old-age mortality within shared disability pathways. PLOS ONE. https://doi.org/10.1371/journal.pone.0238204.
Para evaluar y tipificar trayectorias de salud de las personas mayores con discapacidades crónicas se requiere combinar una gran variedad de trayectorias individuales muy diferentes. Generalmente, la trayectoria de salud y discapacidad de cada individuo implica un proceso muy complejo y esto dificulta hacer generalizaciones para toda la población. Por esta razón, no se sabe mucho sobre cómo las condiciones socioeconómicas de las personas modifican estas trayectorias tras el inicio de una discapacidad crónica.
Acaba de publicarse un trabajo de investigación sobre este tema referido a España. En primer lugar, el estudio propone una forma de tipificar las trayectorias de salud tras la aparición de la primera discapacidad permanente, utilizando información retrospectiva sobre la edad de inicio de la discapacidad y su gravedad en una cohorte de personas mayores en España. Después, tras identificar los tipos o grupos de trayectorias, se explora qué factores afectan al riesgo de muerte dentro de estos grupos en los cinco años siguientes a la evaluación inicial de su estado de salud. Esto ha sido posible gracias a información obtenida del INE, que enlazó los registros de los entrevistados en la encuesta de discapacidad de 2008 (EDAD) con los registros de mortalidad y el padrón de habitantes, para conocer quiénes de los entrevistados en la encuesta habían muerto o seguían vivos.
Las trayectorias de salud tanto para hombres como para mujeres (no hay grandes diferencias entre géneros) se pueden agrupar en tres grupos según la gravedad del primer evento y su edad de inicio. Para ambos géneros había un grupo que experimentó un inicio «leve o suave» de discapacidad y permaneció en este estado durante el resto del tiempo de seguimiento, los cinco años; también dos grupos más que habían experimentado un inicio de discapacidad grave y que se diferencian por la edad de inicio de la primera discapacidad; un grupo “severo temprano” que ha experimentado su inicio en sus 60 años y un grupo “severo tardío” que inicia su discapacidad a mitad de sus 70 años. Ambos grupos se caracterizan por haber experimentado al menos una discapacidad grave y, a menudo, una serie de nuevas discapacidades en los años posteriores.
El análisis de los riesgos de muerte dentro de estos grupos de trayectorias identifica que la capacidad para realizar actividades de la vida diaria, como pueden ser las de dar un paseo o ver a amigos y familiares, muestra efectos importantes positivos en la supervivencia en todos los grupos. Sin embargo, las disparidades sociales por ingresos familiares y nivel educativo tuvieron un efecto pequeño sólo en el grupo de trayectoria leve, y solo afectan marginalmente al riesgo de muerte tras el inicio de la discapacidad crónica en la vejez en los otros grupos. Estos resultados se contrastan con los de individuos sin discapacidad, entre los que encontramos una diferencia social fuerte ante al riesgo de morir dentro del período de seguimiento de cinco años, como era de esperar.
Algunas conclusiones:
- El conocimiento de la existencia de trayectorias de salud y discapacidad permite su uso en estudios sobre la salud de las personas y las políticas públicas. Las personas que inician su trayectoria de discapacidad severa a edades superiores tienen menos posibilidad de adaptarse a esa situación, es decir, su capacidad de resiliencia es menor. Por tanto, las personas encuadradas en la trayectoria “severa tardía” requerirían especial atención (y costes más elevados) si se quiere reducir su empeoramiento de salud y riesgo de muerte.
- Las diferencias socioeconómicas entre grupos de población en general juegan un papel importante en la salud y riesgo de muerte: a menor estatus socioeconómico, mayor riesgo de mala salud y muerte. Es una afirmación ya muy estudiada.
- Pero nosotros señalamos en nuestro estudio que la aparición de la discapacidad en la vejez, en las trayectorias ya indicadas, iguala más a los individuos tras la aparición de la primera discapacidad, independientemente de las condiciones socioeconómicas de su vida previa. Esto podría estar indicando que la universalización de la sanidad y la mejora en los cuidados a los dependientes tienen un efecto (muy) positivo en la población, en especial entre los más desfavorecidos. Este hallazgo es relevante para la investigación de las desigualdades en salud. Se precisan más estudios para confirmar estos hallazgos y la importancia del contexto socioeconómico en la evolución de la discapacidad y la supervivencia.
- Encontramos que la capacidad para realizar actividades de la vida diaria, como pueden ser las de dar un paseo o ver a amigos y familiares, muestra efectos importantes positivos en la supervivencia en todos los grupos o trayectorias. Una red social activa beneficia a las personas con discapacidad (y a las demás), mejora su salud y reduce el riesgo de muerte.
- Ante este hallazgo sobre la importancia de la red social activa, se nos presenta actualmente, cuando escribimos esta nota, una grave disyuntiva en estos momentos de pandemia del coronavirus (2020). Como medida de protección contra el contagio, se recomienda el distanciamiento social y el cuasi-aislamiento de las personas mayores más frágiles. Dramática PARADOJA ante las conclusiones de nuestro estudio.
Voigt M, Abellán A, Pérez J, Ramiro D (2020) The effects of socioeconomic conditions on old-age mortality within shared disability pathways. PLOS ONE. https://doi.org/10.1371/journal.pone.0238204.